
España empieza a controlar sus incendios forestales
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Mientras Europa se enfrenta a uno de los veranos más duros que se recuerdan, España se encuentra en el epicentro de una crisis climática que ha puesto al límite a los servicios de emergencia.
Una serie de incendios forestales, alimentados por temperaturas abrasadoras y vientos secos, han arrasado miles de hectáreas en todo el país, marcando lo que los expertos denominan "la temporada de incendios forestales más intensa de la historia de España".
Los incendios, que se han declarado en varias regiones, entre ellas Galicia y Andalucía, han obligado a evacuaciones masivas, han destruido viviendas y han puesto a prueba los medios de extinción. Las temperaturas superaron con creces los 40°C, creando unas condiciones que los meteorólogos calificaron de "sin precedentes".
A pesar de las dificultades, había un rayo de esperanza. El 23 de agosto, las autoridades españolas informaron de que los incendios estaban "pronto bajo control", gracias a los esfuerzos coordinados de los equipos nacionales de extinción, los voluntarios y el apoyo internacional.
Bombarderos aéreos y equipos de tierra trabajaron sin descanso para contener las llamas, mientras las comunidades locales se movilizaban para apoyar a los residentes desplazados.
Los científicos medioambientales advierten de que estos fenómenos extremos pueden ser más frecuentes a medida que se acelere el cambio climático. El Gobierno español se ha comprometido a invertir en infraestructuras de prevención de incendios y en estrategias de adaptación al clima, pero los críticos sostienen que es necesaria una actuación más urgente.
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