Los bomberos se sienten excluidos e infravalorados en la primera fase de Covid-19
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Las reacciones sobre el terreno deploran unánimemente los sentimientos de exclusión, frustración y disfunción sin precedentes entre los servicios de bomberos, tanto por parte del personal operativo como de la dirección, durante la primera fase de esta crisis, concluye un informe de la Federación Nacional de Bomberos Franceses (FNSPF).
"La amplitud y la intensidad de la crisis del COVID-19 han puesto a prueba nuestro sistema de servicios de urgencia, poniendo de manifiesto los puntos fuertes y débiles de nuestro modelo de gestión de crisis", se lee en la introducción del informe.
El sentimiento de exclusión y frustración entre los bomberos fue producto de un exceso de centralización: el instinto inicial del Estado de gestionar la crisis de forma centralizada sin apoyarse lo suficiente en los recursos y conocimientos de las regiones y municipios.
"La decisión de confiar la gestión territorial de esta crisis al Ministerio de Sanidad, que carecía de cultura en este ámbito y quedaba fuera del poder de los prefectos, condujo a una movilización desigual, parcial y descoordinada de los recursos territoriales, creando una sensación general de complejidad, disfunción y pérdida de eficacia... y ha reducido nuestra capacidad de respuesta en una parte significativa".
Con la creación de este documento, la FNSPF pretende hacer recomendaciones a los órganos de dirección y de gobierno del SIS, a las autoridades de control de la protección civil y a los poderes públicos, en particular en lo que se refiere al establecimiento de un concepto completo de gestión interministerial e interdepartamental de las crisis.
En este artículo, el CTIF intenta publicar un resumen de algunos de los puntos más importantes del informe.
En abril, el CTIF tiene previsto celebrar un seminario internacional en línea sobre la respuesta nacional al COVID-19 en varios países.
El informe completo se adjunta a continuación como documento PDF.
"... el servicio de bomberos fue incluido en una medida insuficiente -y a veces incluso deliberadamente excluido- en la gestión inicial de esta crisis sanitaria".
No se siguió el plan nacional de crisis - No hubo un líder claro
Desde el punto de vista de los bomberos franceses, no se siguieron los planes nacionales existentes para la gestión de crisis. Además, la Federación se muestra muy crítica con la decisión de dejar que el Ministerio de Sanidad liderara la gestión de la crisis, ya que el departamento "carece profundamente de la cultura" de cooperación necesaria para este tipo de respuesta a escala nacional.
"En general, parece que los textos y planes que definen la organización de la gestión nacional de crisis y la respuesta a una pandemia no se aplicaron durante la primera oleada de la pandemia.... Incluso desde un punto de vista político, está claro que el enfoque general también está muy alejado de los principios rectores. Una crisis importante es siempre, por su propia naturaleza, interministerial. Para que sea eficaz, en su gestión deben participar un único director (o piloto), un único comandante de operaciones y uno o varios asesores técnicos, al igual que en cualquier intervención de socorro. Sin embargo, estos principios no se respetaron en la fase inicial, que se caracterizó por una sucesión de responsables y comandantes de crisis. Además, el liderazgo de la crisis se confió al asesor técnico y agente (la administración y el ministerio de sanidad), a pesar de que nada en su organización y cultura sugiere que pueda desempeñar esta función con eficacia"'.
Falta de coordinación entre los gestores de la crisis
"La decisión de confiar al Ministerio de Sanidad la gestión de esta crisis ha supuesto dar un papel de segundo nivel a los actores del Ministerio del Interior, que es esencialmente responsable de la gestión operativa de las crisis cuando se producen en territorio nacional".
Falta de comunicación a nivel nacional
Una de las principales quejas de la SDIS y de los sindicatos departamentales de bomberos fue la falta de comunicación al principio de la crisis, que dificultó el inicio de la gestión de la situación, ya que la información se compartía de forma escasa y abierta a la interpretación de los responsables y directores.
"Hay pruebas evidentes de que la gestión de la crisis se habría beneficiado de un medio de comunicación único y más eficaz a nivel nacional para transmitir una política común del nivel nacional al local"
"Esta deficiencia es sintomática de la incapacidad de las autoridades políticas y administrativas nacionales para reconocer desde el principio a los servicios de bomberos entre los verdaderos actores de la gestión de esta crisis".
Los bomberos, un recurso infrautilizado
En Francia, los bomberos son los primeros en intervenir en caso de emergencia. Intervienen cada 7 segundos y dedican el 84% de su actividad a la asistencia de urgencia (SUAP), lo que representa 4,13 millones de intervenciones al año. Esto les predisponía inevitablemente a desempeñar un papel importante en esta crisis con respecto a la población en general y al sistema médico-social, en particular en las residencias de ancianos dependientes.
Sin embargo, la participación de los bomberos en la gestión inicial de esta crisis sanitaria ha sido insuficiente, e incluso a veces deliberadamente excluida.
La Federación francesa de bomberos considera que el gobierno se apoyó más en las fuerzas armadas que en los servicios de bomberos:
"Así pues, los bomberos no han sido incluidos en el ámbito de aplicación de las decisiones nacionales relativas a los actores considerados de 'primera línea', en particular las que implican el acceso a guarderías prioritarias, el acceso a pruebas de detección y el reconocimiento del COVID-19 contraído en acto de servicio como enfermedad profesional".
Escasez de mascarillas y otros EPI para los bomberos
El efecto adverso más grave de restar importancia al papel de los bomberos sobre el terreno fue, según el informe, la falta de mascarillas y otros EPI puestos a disposición de los bomberos.
"Servicios de bomberos abandonados a su suerte"
El informe hace una comparación con la respuesta de Covid en Italia, donde la Federación considera que se dio a los servicios de bomberos un papel mucho más central, especialmente en lo que se refiere a la posición de comunicación con el público.
También consideran que en Francia no se tomaron en serio los riesgos a los que se enfrentaban los bomberos:
"Los bomberos se han quejado de que no se les hayan hecho pruebas de detección. La actividad profesional de algunos bomberos voluntarios también se vio afectada por su participación en la lucha contra el COVID-19".
Innovaciones técnicas y adaptación administrativa
Gracias a los nuevos inventos realizados en Francia, se puso en marcha una solución específica de seguimiento del personal COVID-19. Gracias a este programa informático basado en inteligencia artificial, cada miembro del personal pudo facilitar diariamente información sobre su propio estado de salud. Esta innovación ha permitido a estas SDIS no sólo adquirir y mantener una imagen muy precisa y actualizada de la salud de sus miembros del personal, sino también mantener vínculos sociales y optimizar el tiempo médico de seguimiento de los mismos. A lo largo de todo el periodo se ha realizado el seguimiento de más de 7.000 funcionarios.
Adaptar los horarios del personal y recurrir a más voluntarios
Adaptando los horarios de trabajo de los profesionales y aprovechando la gran disponibilidad de voluntarios, el servicio de bomberos pudo poner el potencial de respuesta a la altura de las exigencias operativas. Afrontaron el fuerte aumento (30% en marzo en Haut-Rhin) del número de llamadas de urgencia de personas vinculadas al COVID-19 y demostraron su alto nivel de competencia técnica en beneficio de la población.
10 propuestas para la gestión interministerial y territorial de crisis
1 Reasignar al Ministerio del Interior la gestión operativa de las crisis en territorio nacional.
2 Confiar exclusivamente al prefecto de departamento la coordinación de los servicios desconcentrados en el marco de la gestión territorial de crisis, en particular las fuerzas del orden así como el conjunto de los actores de la protección civil y de la asistencia sanitaria.
3 Hacer del departamento el nivel central del Estado territorial y permitir a las colectividades locales desviarse del reparto de competencias en situaciones de emergencia reconocidas.
4 Sensibilizar a la opinión pública sobre los grandes riesgos y confiar a la Escuela Nacional de Bomberos (ENSOSP) la difusión de una cultura compartida de protección civil entre los diferentes actores de la gestión de crisis con el fin de reforzar la resiliencia.
5 Permitir a los bomberos llevar a cabo procedimientos técnicos más amplios bajo la responsabilidad de su médico jefe para facilitar una actuación más precoz y contribuir también al apoyo doméstico en estrecha colaboración con los profesionales sanitarios de los territorios.
6 Reforzar las capacidades y el posicionamiento de los servicios de asistencia sanitaria y médica ofrecidos por los servicios de bomberos y salvamento.
7 Generalizar la creación de centros departamentales de llamadas de urgencia que respondan al número único de urgencia interdepartamental del 112, con acceso a la videoprotección y a la asistencia sanitaria basada en el número de asistencia europeo 116 117. Se trataría también de replantear la coordinación entre el hospital y los profesionales sanitarios de las regiones para dejar de dirigir todo a urgencias.
8 Reconocer automáticamente como enfermedad profesional las infecciones por COVID-19 contraídas por los bomberos y, a mayor escala, por todos los funcionarios, voluntarios y cooperantes que participen en misiones de protección civil.
9 Introducir una política ambiciosa para el desarrollo del voluntariado mediante la adopción de una directiva europea a favor del compromiso cívico y comunitario en todas sus formas.
10 Consolidar la respuesta operativa de proximidad y solidaridad de los territorios a través de un clima dinámico de inversión en apoyo de los servicios de bomberos y salvamento y de los medios operativos.
AGRADECIMIENTOS
La Federación Nacional de Bomberos de Francia (FNSPF) desea expresar su más sincero agradecimiento a los numerosos y variados colaboradores de este informe, entre los que se encuentran los servicios de bomberos y de socorro, los miembros de la red asociativa y las autoridades federales, cuyas contribuciones han hecho posible la recopilación de esta opinión de los bomberos franceses:
- Las SDIS 01, 06, 13, 15, 17, 2A, 23, 25, 47, 51, 60, 62, 67, 68, 74, 79, 86, 89, 95
- El BSPP
- Sindicato regional de bomberos de Poitou-Charentes
- Los sindicatos departamentales de bomberos 03, 04, 06, 09, 25, 57, 84, 88, 89 y 91
- El comité de los directores departamentales de los servicios de bomberos y salvamento y el equipo directivo de la FNSPF
- el comité de bomberos voluntarios de la FNSPF
- La comisión de salud y calidad de vida de la FNSPF
- Comité de salud de la FNSPF
- El Comité de Antiguos Alumnos de la FNSPF
La Federación también desea dar las gracias a los principales participantes y testigos que han tenido la amabilidad de aportar sus reflexiones a este documento en forma de entrevistas:
Córcega del Sur
-Coronel Bruno Maestracci, Director del SIS
-Capitán Médico Éric Bernes-Luciani, Médico Jefe
-Comandante Yann Nicolas, Jefe de la División de Operaciones